El mundo no es perfecto. Hay muchos lugares donde ocurren desastres y calamidades, en otros países se llevan a cabo guerras u ocurren situaciones que hacen que la vida sea más difícil para sus habitantes. Muchas personas, por esta razón o quizá simplemente buscando un futuro mejor, emigran a otros países. No puedo imaginarme lo difícil que debe ser abandonar tu casa o a tu familia sin tener certeza de lo que sucederá.
Un día, cuando aun era estudiante y vivía de forma agitada, sin fijarme mucho en la situación de los demás, se me acercó un joven y me pidió si podía darle algo de comer. Cuando lo vi, no pareció amenazante y en cambio parecía tener verdadera necesidad. En ese momento pensé que era un artista de la calle que había tenido un mal día. En aquella época no me alimentaba muy bien y me saltaba algunas comidas, por lo que siempre llevaba algo en la mochila por si tenía hambre. Entonces saqué un paquete de galletas que tenía y se lo ofrecí, el chico lo tomo con rapidez y comió raudamente. Agradeció mucho. Luego recordé que también tenia un refresco y pensé que talvéz tendría sed y se lo dí.
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